Desde Marzo de 2011, Google es operador de fibra en seleccionadas áreas de Estados Unidos. Su servicio, hasta ahora muy limitado geográficamente, pero alabado por las grandes prestaciones y velocidades que ofrece, se ha visto empañado por el reciente envío de multas «preventivas» que han recibido algunos usuarios sospechosos de descargar material protegido por la DMCA.
El gigante de las telecomunicaciones comenzó en 2011 una exitosa implantación de cable de fibra óptica y diferentes planes de internet y televisión que ha cosechado gran éxito en las zonas de cobertura, pero las recientes noticias de usuarios recibiendo multas por valor de hasta 300$ ha levantado una polvareda de críticas hacia el servicio.
Esta medida es vista por muchos cómo arbitraria, ya que se salta cualquier proceso administrativo o judicial aplicando preventivamente las multas de van de los 20, a los 300 dólares. Cierto es que son millones las reclamaciones de derechos por infracción del copiright que la DMCA envía a los operadores, pero hasta ahora, nunca han derivado a sus usuarios estas reclamaciones, principalmente porque no pueden corroborar estos hechos sin violar la privacidad de sus clientes.
Desde Torrentfreak, portal con enlaces a descargas de contenidos protegidos, se han dirigido a la compañía para solicitar una explicación que justifique esta cuestión. La respuesta del portavoz ha sido bastante ambigua:
Cuando Google Fiber recibe una queja de derechos de autor sobre una cuenta pasamos toda la información que recibimos al titular de la cuenta señalada, para que sean conscientes de ello y puedan determinar la mejor respuesta a su situación.
Lo cierto, es que los usuarios reciben una carta, en la que les notifican que han recibido una reclamación por infringir los derechos de propiedad, seguida de la copia de el mensaje recibido (por ejemplo, de una productora) y se invita en un tono bastante amenazador al usuario a proceder a abonar la multa para «ayudarle a evitar acciones legales».
Por parte de la Electronic Frontier Foundation, se ha recordado a los usuarios que la legislación de los EEUU no obliga a los operadores a trasladar estas reclamaciones a sus usuarios, advirtiendo además que «la exigencia de dinero a los suscriptores de los proveedores de Internet es a menudo engañosa. A menudo dan la impresión de que la persona cuyo nombre figura en el servicio es legalmente responsable de toda infracción que pueda suceder en la conexión a Internet, algo que simplemente no es verdad».
De momento, el operador de fibra de Google se encuentra disponible en los E.E.U.U., dando servicio a las ciudades de Atlanta, Kansas City y Provo, con planes inmediatos de expansión en Austin, Charlotte, Nashville, Raleigh-Durham y Salt Lake City.