La filial de Alphabet ha logrado crear una red de conectividad flotante repartida entre los siete de sus globos de aire caliente, para brindar conectividad a internet a un área más amplia.
Loon es una de las más recientes filiales de Alphabet, y ha conseguido un nuevo hito en la distancia , logrando dar conectividad a internet con sus globos de aire caliente ,para llevar red a poblaciones remotas.
Loon ha conseguido enviar datos a una distancia de casi 1.000 kilómetros (km) con siete de sus globos de aire caliente.
En lo que se refiere a la conexión punto a punto, en la que un globo se conecta directamente con otro, rompió su récord anterior, al emitir datos a más de 600 km.
En el 2014, ya había logrado emitir señales de internet a un área de 40 km de diámetro con un globo y luego hacer una conexión de red entre dos globos a 100 km de distancia.
La conectividad con los globos de aire caliente consiste en lo que la empresa denomina como conexión de retroceso. Para lograrlo, la red debe pasar de un punto de acceso en la tierra a un globo. Lo complicado radica en que si un globo se aleja demasiado de ese punto, la señal se pierde.
La nueva hazaña de Loon es que ha creado una red de conectividad flotante , repartida entre varios de sus globos. En lugar de que un punto de conexión terrestre sirva para un solo globo, es capaz de conectar toda una red de globos . De esta manera, se logra obtener una señal más amplia, sin necesidad de instalar una infraestructura inalámbrica, como ocurre con las torres de telefonía móvil.
“La función de cada globo en la red es la de pasar esa conexión a otros globos , al mismo tiempo que lo usa para conectar a los usuarios en el suelo», explica Salvatore Candido, el director de ingeniería de Loon, alegando que esto se ha logrado, como describe ,como “un juego de salto”.
La conexión de retroceso salta de un globo a los siguientes enlaces punto a punto formados para transmitir datos entre globos. Las distancias entre los globos son grandes, lo que significa que el hardware y los algoritmos que señalan los enlaces deben ser muy exactos y precisos. Esta tarea se complica por el hecho de que nuestros globos cambian constantemente de posición uno con respecto al otro mientras navegan las corrientes de viento en la estratosfera.
El nuevo método fue llevado a cabo el mes pasado y la conexión se originó desde Nevada (Estados Unidos), donde los paquetes de datos se transmitieron a un globo a 20 km de altura.
Esa señal viajó casi 1.000 km a través de la red de siete globos hasta California, yendo del desierto a las montañas y viceversa.
Unas semanas más tarde, consiguieron enviar los datos a más de 600 km entre dos globos, siendo éste el enlace punto a punto más largo que han logrado hasta ahora.