En la ciencia ficción, es común encontrar robots humanoides tan realistas que resulta prácticamente imposible distinguirlos de personas reales. Ejemplos notables son los cylons de la serie «Battlestar Galactica» o los androides de «Real Humans», que celebra su décimo aniversario este año. Desde las primeras historias de ciencia ficción, los robots con aspecto humano han capturado la imaginación. Siguiendo esta tradición, un equipo de científicos japoneses ha logrado un avance notable al crear una cara robótica cubierta con piel humana cultivada en laboratorio, empleando una técnica innovadora que permite unir tejido de piel a robots humanoides.
Este desarrollo no solo mejorará la apariencia realista de los robots, sino que, según el equipo dirigido por el profesor Shoji Takeuchi de la Universidad de Tokio, también podría tener aplicaciones en la industria cosmética y la cirugía plástica. Los especialistas en robots biohíbridos esperan que esta tecnología desempeñe un papel crucial en la creación de androides con apariencia y habilidades humanas en el futuro.
¿Cómo lo han conseguido?
Los científicos desarrollaron piel artificial utilizando células vivas a partir de ligamentos de piel humana. Para adherir la piel sintética al rostro del robot, añadieron perforaciones especiales que facilitan la adherencia y proporcionan propiedades mejoradas. Utilizando un «gel cargado de células que forma la piel», crearon un «robot cubierto con piel viva», tal como detallan en su trabajo publicado en la revista Cell Reports Physical Science.
La piel viva se fabricó con colágeno y fibroblastos dérmicos humanos, lo que permitió aplicarla a un dedo robótico que podía doblarse sin romperse. Gracias a un nuevo método de unión de la piel sintética viva con carne cultivada en laboratorio impresa en 3D y la estructura robótica, se obtiene una «unión más fluida y duradera», explica Takeuchi. El tejido de piel diseñado se obtiene cultivando células de piel humana en el laboratorio, similar al proceso de desarrollo de la carne cultivada, y diseñando perforaciones que se adaptan a cualquier superficie.
La técnica desarrollada recientemente permite unir tejido de piel a superficies complejas, curvas e incluso móviles, con el objetivo de dotar a los robots de capacidades de autocuración inherentes a la piel biológica. Aunque este objetivo aún no se ha alcanzado, en las pruebas de laboratorio la piel unida a la cara robótica mostró una «sonrisa natural» que se mueve con fluidez, inspirada en los ligamentos de la piel humana real. Esta tecnología es un paso más hacia la creación de robots que parezcan cada vez más humanos.
Ejemplos
La humanización de los robots lleva años en desarrollo. Un ejemplo destacado es Ameca, un robot concebido por la compañía británica Engineered Arts. Ameca no es solo una máquina, sino un vistazo al futuro donde robots y humanos coexisten armoniosamente. Tiene una apariencia humana realista, capacidades de movimiento avanzadas e interacción impulsada por inteligencia artificial (IA), diseñada para procesar el lenguaje natural, reconocer emociones y adaptar sus respuestas según el contexto de la interacción.
