Virus, spyware, malware… Si limpias tu ordenador periódicamente, estás haciendo un gran trabajo, pero hay un enemigo mucho más común que puede ser mucho más dañino y peligroso: el polvo. Pero tranquil@s, limpiarlo es realmente sencillo y vamos a guiarte en el proceso.
El polvo se acumula en el interior de tu equipo portátil y de sobremesa y puede llegar a ser realmente molesto, incluso peligroso. Cuando se acumula en exceso, el ordenador pierde capacidad de refrigeración, por lo que en algunos casos puede llegar a quemarse y provocar accidentes graves. Sin llegar a esos extremos, el polvo es conductor de electricidad, por lo que una pequeña cantidad podría ocasionar un mal funcionamiento. Como estamos muy cerca de Semana Santa, te proponemos que aproveches si tienes unos días libres para hacer esta sencilla tarea de mantenimiento y te damos algunos consejos para mantener libre de polvo tu equipo:
- Abre tu equipo. Si es un ordenador de sobremesa, en su tapa lateral, suelen tener dos tornillos los que sujetan estas tapas, o puede que tu equipo tenga una pestaña que al accionarla abra esa tapa. En el caso de los portátiles, puede llegar a ser bastante más complicado, ya que comprobarás que tiene muchos tornillos y una secuencia a seguir para ir abriéndolo. En este caso, busca en YouTube un video tutorial con tu modelo para ver cómo lo abren otros. Si no lo encuentras, puede ser muy útil que tengas a mano una libreta para ir haciendo un diagrama y saber en que orden lo has abierto y que piezas has sacado para seguir el camino inverso al cerrarlo.
- Para una limpieza profunda, utiliza un compresor de aire. El aire es totalmente inócuo y conseguirás hacer una limpieza profunda de todos los rincones de tu ordenador. Hazlo en un espacio abierto o bien ventilado.
- Si no tienes un compresor de aire, puedes hacerte con un bote de aire comprimido. Es un spray que contiene un gas inócuo que hace el mismo efecto que el compresor de aire, limpiando pequeños rincones, aunque en este caso, si es una limpieza muy profunda, podrías necesitar más de un bote. Tienen un precio menor de diez euros y puedes encontrarlos fácilmente en tiendas de electrónica o informática.
- En caso de que no tengas acceso a un compresor de aire ni a un spray de aire comprimido, con suma delicadeza puedes retirar el polvo más superficial con ayuda de un paño seco (¡nunca mojado ni húmedo!) o una brocha o pincel suave. Presta especial atención a los ventiladores y disipadores, ya que la mayoría del polvo se va a acumular en estos elementos de refrigeración. Esta limpieza no es demasiado profunda, es preferible que retires el polvo más accesible a que intentes acceder a pequeños recovecos y puedas ocasionar daños a los componentes.
- Vuelve a montar o cerrar tu equipo y comprueba que todo funcione correctamente.
Como ves, es bastante sencillo, es algo que no precisa de grandes conocimientos y que símplemente precisa de un poco de cuidado y paciencia en el caso del paño.