La subida de temperaturas no solo nos afecta a nosotros, también los ordenadores de sobremesa se ven afectados por este factor. ¿Quieres saber cómo hacer una puesta a punto de tu PC para mejorar su refrigeración en verano?
1 Limpia bien el polvo
El mayor enemigo de nuestro ordenador es el polvo. El polvo carga de electricidad estática el interior de nuestra torre y puede llegar a ser conductor, ocasionando daños en nuestra placa y otros componentes, por lo que una buena limpieza con aire comprimido o simplemente con una brocha, ayudará a mantener la temperatura de tu ordenador más baja, hacer más silencioso el ventilador y evitarás problemas de funcionamiento. Puedes seguir los consejos que te indicamos en este post.
Uno de los motivos por lo que más polvo acumulan es por la maraña de cables que se suele formar detrás, un espacio complicado para escobas, aspiradoras y plumeros. Unas simples bridas te van a facilitar mucho la limpieza del entorno del ordenador y mantendrán los cables ordenados.
2 Revisa la pasta térmica del procesador
Este proceso es algo más elaborado, pero merece la pena. Por muy poco dinero, puedes comprar pasta térmica para mejorar el aislamiento de tu procesador. Esta pasta no dura eternamente, por lo que no está de más desmontar el disipador y añadir unas gotas de esta pasta de forma anual. Para ello, desancla el disipador y extrae el procesador Si se ha quedado pegado, tienes que tener mucho cuidado al separarlo para evitar romper los pines de conexión. La pasta térmica es muy tóxica, por lo que deberás usar guantes en este proceso.
3 Evita que quede «encajonado»
Ni dejarlo en el suelo, ni meterlo en un armario, la mejor opción para que tu torre respire es ponerle un soporte que permita que circule el aire por todos los lados de la torre. Evita a toda costa que papeles u otras cosas que tengas cerca obstaculicen su refrigeración. Dale espacio para que «respire».
4 Programa las opciones de ahorro
Para evitar que el ordenador se sobre caliente por un uso continuado, simplemente configurando las opciones de energía conseguirás que pasado un tiempo sin uso, entre en suspensión, permitiéndote retomar tu trabajo cuando quieras pero reduciendo su consumo al mínimo, por lo que bajará la temperatura entre sesión y sesión de trabajo.
5 No fuerces el encendido
Si el calor de la CPU se vuelve tan insoportable que tu ordenador se apaga ¡no lo enciendas! Éste proceso interno es automático y está diseñado para evitar que se dañen tus componentes. Deja pasar un tiempo prudencial en el que se disipe el calor y vuelve a intentarlo.
¡Esperamos que con estos consejos tu y tu ordenador paséis un buen verano!